Una sesión presencial de Reiki puede durar entre 40 minutos y una hora y media.

En esta el/la paciente permanece tumbad@  en la camilla, vestid@ y descalz@.

Y la persona que da el Reiki coloca las manos sobre diferentes partes del cuerpo y la energía Reiki fluye.

Durante un tratamiento, se puede sentir una relajación profunda, gran sensación de paz. Muchas personas se quedan dormidas, cosa que no influye en el resultado final, algunas siente un cosquilleo, calor o frío en diferentes partes del cuerpo según fluye la energía, otras personas ven colores, experimentan una sensación de «flotar» o sienten emociones que salen a la superficie. También hay personas que  no sienten nada y aun así el Reiki está funcionando.

Se pueden hacer sesiones individuales para tratar algun aspecto puntual u obtener una profunda relajación y sensación de bienestar momentáneo;

o bien el tratamiento de varias sesiones donde se trabaja más a fondo para devolver al paciente a un estado de equilibrio y armonía.

Al finalizar éste tratamiento se podrán tomar sesiones individuales con la frecuencia que el/la paciente necesite.

Cuando tengo pacientes que repiten numerosas veces y sienten gran afinidad con la energia Reiki, les animo a que se inicien en Reiki para aprender y poder tratarse ell@s mism@s de forma autónoma, sin tener que depender de nadie más.

Cuando finalizo una sesión siempre quedo disponible de forma que el/la paciente puede contactarme en los días posteriores si le surge alguna cuestión o quiere consultar algo.

Para mi es importante que l@s pacientes se sientan segur@s y acompañad@s en todo momento.